- Quiero saber dónde debo ir. No quiero estar sin poder crecer. Aprendiendo las lecciones para ser. -

08 mayo, 2013


Todos los hijos de Adán son miembros del mismo cuerpo. Cuando un miembro
sufre, los demás sufren también. Si eres indiferente a los sufrimientos de los demás, no
mereces ser llamado hombre. Muslih-ud-din Saadi.


Mirad qué pequeño fuego abrasa
un bosque tan grande. Santiago 3, 2-5.


Buda dijo: «Un hombre que aprende a vivir en función de su alma es como un
hombre que entra un farolillo en una casa a oscuras. La oscuridad desaparece al instante.
Si eres persistente en esto, tu alma adquirirá esa luz».
Cristo resumió todas Sus enseñanzas en Su último mandamiento: «Amaos los unos a
los otros como yo os he amado. Todo el mundo verá que sois mis discípulos si os amáis
los unos a los otros». No dijo «si creéis», sino «si os amáis». La fe puede cambiar con el
tiempo, porque nuestro conocimiento no para de cambiar. El amor, por el contrario,
nunca cambia. El amor es eterno.
Mi religión es amar a todos los seres vivos.
Con el propósito de cumplir los preceptos del cristianismo, hemos de destruir sus
perversiones y restaurar su pureza.



Sólo cuando olvidamos lo que aprendimos, empezamos a poseer un conocimiento
real. Henry David Thoreau.
Un constante flujo de pensamientos expresados por otras personas puede paralizar
tus pensamientos y tu iniciativa... Por eso, el aprendizaje constante ablanda el cerebro...
Paralizar la creación de tus pensamientos con el fin de hacer sitio a los pensamientos de
otros libros me recuerda aquel comentario de Shakespeare acerca de que sus
contemporáneos vendían sus tierras para ir a conocer otros países. Arthur
Schopenhauer.
Un pensamiento puede impulsar tu vida en la dirección adecuada sólo cuando
responde a preguntas formuladas por tu alma. Un pensamiento tomado prestado de otra
persona, y después aceptado por tu mente y tu memoria, no influye mucho en tu vida, y
a veces conduce en la dirección equivocada.
Lee menos, estudia menos, pero piensa más. Aprende, por mediación de tus maestros
y los libros que lees, sólo aquellas cosas que realmente necesitas y deseas saber.



Mientras educamos a nuestros hijos, hemos de recordar que somos guardianes del
futuro. Cuando mejoramos su educación, mejoramos el futuro de la humanidad, el
futuro de este mundo. Immanuel Kant.
Creo que la principal obligación de padres y educadores es proporcionar a los niños
una comprensión del principio divino que existe en su interior. William Ellery
Channing.



La perfección es imposible sin humildad. « ¿Por qué debería esforzarme en alcanzar
la perfección, si ya soy suficientemente bueno?»
Cuanto más elevada sea la posición que ocupes entre los demás, más humilde
deberías ser. Mucha gente vive en el poder y la gloria, pero los misterios de este mundo
sólo serán revelados a los humildes. No te busques complicaciones. Trata a tu deber con
respeto. No estudies lo que no debas. Te han sido reveladas más cosas de las que puedes
comprender. De Escritos Apócrifos.
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como
rescate por muchos. Mateo 20, 28.



Hay personas que asumen la responsabilidad de tomar decisiones en nombre de otras
y de determinar su relación con Dios y con el mundo. Y hay personas, la abrumadora
mayoría, que ceden esta autoridad a otras, y creen ciegamente en todo lo que les dicen.
Ambos grupos cometen el mismo delito.
Somos como niños, que al principio repetimos la indudable «verdad» que nos han
contado nuestras abuelas, después la «verdad» que nos han contado nuestros profesores,
y más tarde, cuando nos hacemos viejos, la «verdad» que nos ha contado gente
importante. Según Ralph Waldo Emerson.
Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero
por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de
los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol
malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo
producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego.
Así que por sus frutos los reconoceréis. Mateo 7, 15-20.






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