¡Las palabras! ¡Las simples palabras! ¡Qué terribles son! ¡Qué límpidas, qué vivas y qué crueles! Quisiera uno huirlas. Y, sin embargo, ¡qué sutil magia que hay en ellas! Parecen comunicar una forma plástica a las cosas informes y tienen una música propia tan dulce como la del violín o la del laúd. ¡Las simples palabras! ¿Hay algo más real que las palabras? O.W
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