Junto a NN, empezaron a pintar en 2001. Su primer diseño fue un hit: el
Bush con orejas de Mickey. Después, se relacionaron con otros artistas y
encararon trabajos más grandes. En 2006 con RDW, Malatesta y StencilLand
abrieron una galería de arte urbano: Hollywood in Cambodia. En esta charla
recorremos 10 años de Bs. As. Stencil, y una década con elgraffiti y
street art en Argentina.
El Bush con
orejas de Mickey
Cuando
empezamos a pintar como Buenos Aires Stencil fue porque mi socio NN
tenía unos dibujos, unos diseños, que estaban buenísimos. La idea era sacar una
serie de remeras, pero nos ganó la ansiedad. Para hacer remeras teníamos que ir
a un taller, comprar remeras, un proceso lento... Y nos gustaba mucho el diseño
que había hecho NN: el Bush con las orejas de Mickey, y otro que
era una mina muy años 50, jugando a los bolos, tirando una bola
de boliche pero que era una bomba, y decía“American Style”. Los dos eran
en contra de la invasión de EE.UU a Afganistán, al toque después de 9-11, que
dicen “vamos a invadir”, ahí empezamos a pintar. Y dijimos: “¿por qué no
hacemos un esténcil y lo probamos en una remera?” Probamos y nos quedó la
plantilla. Y esa misma noche dijimos: “¿y si lo pintamos en la calle?”
Estábamos al pedo, cerca de diciembre de 2001, el país era un hervidero,
había que decir, que quejarse, estaba ese espíritu en la calle...
Arrancamos
muchos en la misma época
Ninguno de
los dos somos de militar en política. Ninguno de los dos era de pintar en la
calle. Yo soy diseñador gráfico; NN estudió grabado en la Pueyrredón. Los
dos teníamos una veta artística pero ninguno se dedicaba a pintar, ni en
la calle ni adentro. Y cuando empezás a pintar las paredes, les prestás más
atención. Y empecé a descubrir que había otros esténciles. No sabía si estaban
hacía mucho o qué. Nos enteramos después de que arrancamos muchos en la misma
época. Nosotros pintábamos siempre alrededor de donde vivíamos, y nuestra base
era la casa de NN cerca del Luna Park. Entonces a la noche agarrábamos las
plantillas y pintábamos en la zona bancaria, que a la noche es un desierto.
Imaginate, diciembre, Corralito, todos los bancos cubiertos con vallas, los
informativos en la puerta de los bancos, la gente que iba a querer romper el
banco... Y... se veía mucho lo que pintábamos. Tuvimos la suerte de estar en
ese lugar, en un momento muy especial del país.
Hasta la
victoria
Enseguida,
empezamos a ver cosas pintadas por la zona de Congreso, por ejemplo en
Rivadavia entre Uruguay y Paraná. Y decíamos: “mirá, se nota que hay pibes que
pintan acá también”. Y al tiempo nos conocimos. Nos contacta Guido
Indij... de La Marca ,
que empieza a hacer el libro [Hasta la victoria, stencil]. Entonces se empieza
a contactar con los artistas, y de alguna manera él nos pone en contacto con
los otros artistas... con otros colectivos: Run Don't Walk, unos pibes que
se llamaban 220, Burzaco Stencil, Malatesta...
HIC Crew
Con
los Run Don't Walk (Fede y Tester), nos dimos cuenta de que
compartíamos muchas cosas... Escuchábamos la misma música, ellos habían tenido
sellos independientes, yo laburé en un sello (Radio Tripoli Discos) que editaba
bandas punk, teníamos amigos en común... y terminamos amigos. Ahora muchas
veces pintamos todos juntos y no es ni uno ni otro grupo... Cuando
pintamos todos juntos los de la galería (con Stencil Land y Malatesta)
es Hollywood in Cambodia Crew, no es un grupo u otro. Y eso representa un
poco la ideología de salir a pintar. Porque, sin conversarlo, no firmamos
nuestras obras, otra cosa que compartimos. Cuando pintamos en la calle, yo no
le pongo BsAsStencilabajo. Y RDW tampoco. Después es algo que hablás. Para
mí, es un poco demostrarle a la gente quecualquiera puede salir y expresar una
idea o una emoción, lo que quiera, con dos mangos. Con una lata de aerosol o
una de látex y un pincel, y una plantilla. No hace falta tener millones
como una marca para comprar backlights, o los políticos que les pagan a esos
que hacen las letrotas gigantes. Podés salir y expresarte con dos pesos. Pero,
si yo agarro y pongo mi nombre, es lo mismo que hace una marca. Mi mural o mi
pintura pasarían a ser una propaganda de ese nombre. Y eso es algo que yo no
quiero. Cuando terminaste de pintar, pasó a ser de la calle. ¿Por qué le
tengo que poner mi nombre? Y peor los que le ponen la página web. Eso es
querer hacerse famoso. Yo nunca firmé, y el que me quiere encontrar, me termina
encontrando.
Muchos
empezaron pintando letras y después evolucionaron
Hay muchos
que empezaron pintando letras: piezas, bombas, graffiti más hip hop. Pero en
definitiva lo que dice es siempre el nombre de un tipo. Todo bien, pero a mí no
es lo que me gusta. Porque además hay como un código de tapar al otro. ¿Por qué
no hacés algo mejor al lado, que llame más la atención y listo? Igual muchos
empezaron pintando así y después evolucionaron a otras cosas... encontraron un
estilo... lo que querían decir. TEC empezó así. Blu, que es
re-original lo que hizo después. Y tenés cosas como
el neo-graffiti que hacen Jaz, Nerf, Mart, Poeta, Roma, que ya
son formas abstractas y colores... También puede ser una cuestión de edad.
Supongo que después de un tiempo, te cansás de pintar siempre un nombre.
Otras
responsabilides
Cada vez
pintamos menos por una cuestión de edad, tenemos más compromisos, yo tengo un
hijo de cuatro años, otras responsabilidades... Pero seguimos pintando en la
calle. De otra manera. Ya no hacemos una plantilla chiquita un montón de veces
sino que pensamos más lo que vamos a pintar, lo que queremos decir... Ahora me
aburre pintar una sola cosa un montón de veces... Me quedo contento si
pinto tranquilo algo de tres, cuatro metros... y listo. Y manejamos la
galería que eso también nos sacó tiempo. Hace cinco años ya que estamos.
La galería
Nos
llamaron acá del [Post Street] Bar. Los dos dueños, que no sabían bien qué
hacer, pero querían poner un bar... Y tenían un amigo que les dice,
“mirá, estos pibes están por todos lados”, y les muestra el libro de Indij, que
la mitad era de RDW y nosotros. “¿Por qué no los llamás y que te pinten todo el
bar? Y de paso tenés un bar temático: no va a ser un bar más...” Y estábamos
nosotros, RDW, StencilLand, Burzaco Stencil... éramos unos ocho... Nos
dijeron que nos daban los materiales. Y la mitad querían hacerlo y la otra
mitad no queríamos. Yo, si no me pagaban, no quería... El dueño del bar iba a
lucrar con eso, y ¿decorarle el lugar gratis? No. Y en un momento la novia del
NN, mi socio, sube a la terraza y ve que hay dos habitaciones vacías. Eran para
depósito. Y ahí salió: “¿y si ponemos una galería?” Y nos dijeron que sí.
Igual, abrió el bar, y estuvimos como un año antes de arrancar. Nunca nos
poníamos las pilas, teníamos las energías puestas en la calle todavía. Hasta
que dijimos “vamos a poner la galería porque se va a diluir si no... O van a
abrir una galería. Va a venir alguien que no tiene nada que ver con el arte
urbano o el esténcil, y vamos a tener que terminar yendo todos ahí, a negociar
con un desconocido para hacer muestras y vender las obras… y el que iba a
decidir iba a ser él...”. Ahí dijimos “pongamos una galería nosotros y ahí
nadie nos va a poner reglas”. Y empezamos. A esa altura, en 2006, ya conocíamos
a todos los que pintaban.
Lo que más
se valora
El 80% de
las ventas son a extranjeros. Acá no hay coleccionistas, como en San Pablo, por
ejemplo, de arte urbano. Y los turistas lo valoran de otra manera, creo que
porque vieron cosas en sus ciudades, tienen otra atención, y acá abundan. Lo
que más valoran es el trabajo colectivo que se da muchas veces. Las obras
pintadas entre varios, que no es que hay ocho metros y repartimos, vos pintás
hasta acá, otro al lado, por compartimentos. Acá se da que yo pinto algo y
vos le agregás algo arriba, y otro mete otra cosa. Eso no se da así nomás.
Venga a
vernos laburar
A
los DOMA los conocí en 2004. Yo me fui a vivir un año
a Nueva York. Y había una muestra, en la que presentaban un libro. Los
DOMA pintaban acá en la calle. Habían pintado esténcil ya en el año '94,
todavía debe quedar alguno: en el Pasaje Obelisco, cerca de las escaleras,
había una vaca, un bebé, unas llamas, que los combinaban. Ellos nos presentaron
a los pibes de FASE, que también estaban muy activos en ese momento.
Durante varios años organizamos entre todos unas reuniones que se llamaban Expression
Sessions. Nos poníamos de acuerdo entre quince, veinte artistas, íbamos a
una plaza que sabíamos que había un muro grande, y hacíamos flyers y lo
publicitábamos como un evento. Invitábamos a la gente para que venga a vernos
laburar. Para que no sea siempre eso de ves algo pintado y te preguntás:
¿cuándo lo pintaron? ¿quién lo habrá pintado? ¿cómo hizo? Hacíamos una por año,
varios años lo hicimos.
Intercambios
Ahora se ve
mucho pincel. Y trabajos grandes. En el 2002, 2003 hubo un auge del
stencil. Todo el mundo hacía esténciles, te quedabas quieto en una esquina y te
pintaban. Y esto es como todo: hay modas. Después decayó un poco y empezó lo
que nosotros llamamos el Muñequismo. Los personajes, o caracteres. Desde
el 2004, muchos dibujos de muñequismo, a escala humana, de dos metros. Por esa
época vinieron varios artistas de afuera. Algunos se quedaron. Vinieron
los London Police, que eran de Amsterdam. Ellos les decían a los que
pintaban murales acá: “¿Y por qué no los hacen grandes, de seis metros? Si
alquilás andamios, nadie te va a preguntar si tenés un permiso”. Así se
hizo el primer mural en la Central Eléctrica. También vino BLU, que
hace esas animaciones increíbles. Él trajo la técnica del extensor. Él, si
pinta a seis metros, tiene un palo de seis metros, pone el tacho a seis metros
de él, es un espectáculo verlo pintar. Y eso es algo que está bueno del
espíritu de todo este movimiento. Que todo el mundo comparte lo que sabe,
porque el otro lo va a usar para pintar en la calle.
De la calle
a la galería
A mí cuando
me dicen si no genera contradicciones pasar de la calle a una
galería, no me parece. Creo que es lógico que, si hacés un trabajo en la calle
y está bueno, con el tiempo a alguien le va a gustar, lo va a querer comprar y
te van a venir a buscar, es lógico. Es parte de un proceso. Y además hay que
ganar plata y está bueno vivir de lo que te gusta. Si siempre estás haciéndolo
porque te gusta, y dándoselo a la calle sin esperar nada a cambio... que no te
lo tapen al día siguiente... Pero además, ¿cuántos somos los que pintamos en la
calle? ¿Cien, trescientos? ¿Y los que pintan adentro, cuántos
son? Miles. Eso sería loco. Sería una revolución si salen todos a
pintar a la calle.
El arte urbano, intervenir en la calle, los murales, los esténciles, todo eso, es un movimiento artístico mundial, se da en todas las ciudades, por el modo de vida urbano y por la comunicación a través de Internet, que vos podés ver lo que pasa en otras partes del mundo, los artistas se pueden poner en contacto entre sí... Y además lo ve cualquiera, niños, gente a la que no le interesa la pintura, que ve obras cuando va y viene del trabajo, y tal vez algo le llama la atención y le queda...
El arte urbano, intervenir en la calle, los murales, los esténciles, todo eso, es un movimiento artístico mundial, se da en todas las ciudades, por el modo de vida urbano y por la comunicación a través de Internet, que vos podés ver lo que pasa en otras partes del mundo, los artistas se pueden poner en contacto entre sí... Y además lo ve cualquiera, niños, gente a la que no le interesa la pintura, que ve obras cuando va y viene del trabajo, y tal vez algo le llama la atención y le queda...
Permisividad
Yo creo que
la permisividad con pintar en Buenos Aires pasa mucho porque... si la
policía estuviera más aburrida, que no tuviera nada que hacer, seguro que nos
correría a nosotros. Pero tiene otros problemas... unos pibes viejita chorro
que andan cortando carteras o robando turistas... entonces a unos pibes, ya
grandes, que están pintando... ¿qué les van a decir? Y si vienen y me dicen
algo, me voy. Le digo: “disculpe, no sabía” y listo. Acá no es como en
Berlín que te meten multa, o preso. Que los pibes se guardan las latas vacías
para que no les saquen las huellas dactilares. O que te lo borran al
otro día.Ojalá que acá se mantenga así, que a estos bosta no se les ocurra
empezar a perseguirnos. En San Pablo fui una vez y estaba todo bien.
Después cambió el alcalde y te tapaban al día siguiente. Aunque también es un
desafío, se empiezan a buscar formas ingeniosas, lugares más difíciles de
tapar, otras variantes...
Presente y
futuro
Ahora
estamos pintando en el pasaje Casacuberta de Parque Patricios.
Nos llamó un vecino, otros lo vieron, les gustó y de quince casas, estamos
pintando unas diez. Todos juntos, ya no es un colectivo u otro. Y
el próximo proyecto, como Buenos Aires Stencil, que estamos pensando
para la calle es con la idea de “Legales”. Queremos pintar frases con
aerosol, frases revolucionarias, y ponerle con un esténcil, chiquito,
“legales”, como una revolución que se legalizó, como una A de anarquía con el
símbolo de “Marca Registrada”, combinaciones contradictorias...
Entrevista: Fernando Aita
Fotos: GG /
bsasstencil
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