- Quiero saber dónde debo ir. No quiero estar sin poder crecer. Aprendiendo las lecciones para ser. -

04 septiembre, 2012

Seremos otros, seremos más viejos, 
y cuando por fin me observe en tu espejo, 
espero al menos que me reconozca, 
me recuerde al que soy ahora. 

Aquellas manos, aquella mujer, 
aquel invierno no paraba de llover, 
perdona que llegue tan tarde, 
espero saber compensarte. 

Estás tan bonita, te invito a un café, 
la tarde es nuestra, desnúdame. 
Tras el relámpago te decía: "Siempre 
recogeré flores en tu vientre". 

Otro hombre dormirá contigo 
y dará nombre a todos tus hijos. 
Ven, acércate a mí, 
deja que te vea, 
que otras primaveras 
te han de llevar muy lejos de mí. 

Vértigo, que el mundo pare, 
que corto se me hace el viaje. 
¿Me escucharás, me buscarás, 
cuando me pierda 
y no señale el norte 
la estrella polar? 

Las frías mañanas en la facultad, 
tú casi siempre huías conmigo al bar, 
y me enfadaba si preferías 
el aula a mi compañía. 

Sobre la mesa botellas vacías, 
qué sano es arrancarte esa risa, 
y ahora cambiemos el mundo, amigo, 
que tú ya has cambiado el mío. 

¿Qué haré cuando te busque en la clase, 
y mi eco me responda al llamarte? 
Otros vendrán y me dirán 
que te marchaste, 
que te cansaste 
ya de esperar. 

Vértigo, que el mundo pare, 
que corto se me hace el viaje. 
¿Me escucharás, me buscarás, 
cuando me pierda 
y no señale el norte 
la estrella polar? 

Y la ronquera, los traicioneros nervios, 
que me atacaban antes de cada concierto, 
viejas canciones, antiguos versos, 
que espero retenga algún eco. 

Y en el futuro espero, compañero, hermanos, 
ser un buen tipo, no traicionaros. 
Que el vértigo pase y que en vuestras ventanas 
luzca el sol cada mañana. 

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