-Permanecer en silencio es algo más que no hablar -dijo el rey-. Descubrí que, cuando estaba con alguien, mostraba sólo mi mejor imagen. No dejaba caer mis barreras, de manera que ni yo ni la otra persona podíamos ver lo que yo intentaba esconder.
-No lo capto -dijo el caballero.
-Lo comprenderéis -repitió el rey- cuando hayáis permanecido aquí el tiempo suficiente. Uno debe estar solo para poder dejar caer su armadura.
El caballero de la armadura oxidada.
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