La breve palabra
A veces el silencio es la palabra justa, la que enciende las luces, la que mejor se escucha, la que place o se sufre cargada de milenios, la que otorga hermosura, la flor del pensamiento.
En ese momento de la clara armonía, de la mejor tristeza, de la entera alegría. Es el gran fundamento que ronda a la grandeza: tu palabra y la mía habitan el silencio. Por eso la palabra debe ser pronunciada como una ceremonia con aire de campanas, una fiesta del alma, farol del pensamiento, porque fue generada por el mejor silencio.
Hamlet Lima Quintana
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