Esta historia ocurre en un lugar donde solo los locos pueden llegar.
Un lugar sin tiempo, sin dinero, sin fronteras... Allí estaba él, descansando en un viejo lapicero; mirando con algo de resentimiento a su amada.
Todo habia comenzado en algo a lo que llamaban "Facultad"; Faber se encontraba en la mochila de un jóven, estaba nuevo, jamás habia sido usado.
Esa mañana escuchó hablar al jovén con una muchacha y después de un rato su dueño lo sacó de su empaque y lo entregó a aquella mujer que le regaló una sonrisa y lo tomó entre sus manos para no soltarlo jamás.
Faber fue muy feliz ese tiempo; pasaban horas inventando paisajes en hojas en blanco, la muchacha lo llevaba a todas partes y lo usaba siempre.
Pero después de mucho tiempo Faber ya estaba algo viejo y fue olvidado en aquel lapicero donde se encontraba ahora.
Habia pasado muchas noches llorando; pero un dia comprendió todo. La mujer se acercó y volvió a tomarlo en sus manos, pero esta vez lo entregó a un niño con la mirada similar a la suya. El niño imitaba sus movimientos, aunque no con la misma suavidad... otra vez Faber habia sido usado hasta el cansancio por horas, y estaba feliz.
A la noche cuando los niños dormian ella lo tomó nuevamente y entre lágrimas pidió perdón a Faber; le contó que después de haberse recibido como artista plástica y haber pintado grandes obras con su ayuda, la vida le habia dado la oportunidad y los recursos para viajar por el mundo, ayudar a niños, luchar por la naturaleza, ser scout y dedicarse a lo que mas amaba en el mundo: sus hijos y sus nietos.
Ella habia hecho todo lo que le gustaba, y hoy con sus manos gastadas y arrugadas volvia con Faber a hacer lo que mejor sabían: Juntos dibujaron un hermoso paisaje con un cielo enorme y ellí se qedaron juntos para siempre, dibujando un mundo mejor para todos.
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