- Quiero saber dónde debo ir. No quiero estar sin poder crecer. Aprendiendo las lecciones para ser. -

21 marzo, 2013


El cuerpo duele: cuando no expresamos las emociones

Publicado en 21. mar, 2013 por  en Estilo de Vida
El cuerpo duele: cuando no expresamos las emociones
Por Ciara Molina ( * )
Hay una frase que yo repito mucho a mis pacientes: Emociones expresadas, emociones superadas. Algunos se identifican con ella, otros encuentran dificultad en su planteamiento, pero lo que nadie me puede negar es que cuando las emociones negativas se manifiestan, nuestro cuerpo, a nivel físico, se resiente.
Ante una misma dolencia o enfermedad su manifestación física se desarrolla de una u otra manera dependiendo del estado de ánimo con el que la afrontemos. En enfermedades como el cáncer o la fibromialgia está demostrado que el aprender a gestionar las emociones y encontrar cierto equilibro emocional, hace que la presencia de sentimientos positivos ayude a la recuperación del paciente.
¿Qué es una enfermedad en sí misma?
No es más que una alteración del estado normal de nuestro organismo, o parte de él, por no poder recibir lo que necesita. Algo así como un “conflicto” interno.
La persona se constituye en cuerpo (físico) y mente (raciocinio y emociones), ambos son necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Por tanto, tan importante es atender la carencia física que está sufriendo un determinado órgano, como atender las necesidades emocionales que tiene un paciente para combatir dicha dolencia. ¿La solución? La prevención.
Si aprendemos a cuidarnos física y emocionalmente evitaremos la aparición de muchas alteraciones psico-fisiológicas o las combatiremos con mayor efectividad en caso de que se nos presenten.
Se trata de un proceso de “adaptación” a nosotros mismos y al medio en el que nos desarrollamos.
Emociones negativas = enfermedades
¿Cómo relacionaríamos una dolencia emocional con una alteración física? Para hacerlo de manera clara y sencilla enumeraré los órganos que suelen verse afectados cuando no hemos solucionado emocionalmente algo que nos preocupa.
- Hígado: Se le vincula con la ira, el enfado, y la agresividad.
- Corazón e intestino delgado: Relacionado con la euforia, histeria, excitación, hipersensibilidad y nerviosismo.
- Estómago, bazo y páncreas: Se ven alterados por desequilibrios emocionales como la ansiedad, la duda, el escepticismo y los celos.
- Pulmón e intestino grueso: Guardan relación con las dificultades para comunicarse cuando uno quiere imponer su palabra, el exceso de autoridad y el dominio sobre los demás.
- Riñón y vejiga: Vinculados al miedo, la falta de autoestima, la timidez y la desesperanza.
Como podemos ver “emociones” y “órganos” van de la mano, por ello es tan importante hacerle caso a la expresión de las primeras para evitar disfunciones en los segundos.
( * ) Psicóloga Cognitivo-Conductual especialista en Gestión Emocional.

¿Sabes qué significan los colores de tu whipala?

Chupika (Rojo): Significa la PACHAMAMA (Madre Tierra), Energía Telúrica, el mundo material, lo visible.

Kallapi (Anaranjado): Significa JAQUI, es decir, asumir la responsabilidad y comprender la magnitud de ser personas cuando la dualidad (Chacha - Warmi: Hombre - Mujer) se complementa.

Q'illu (Amarillo): Significa AYNI, es la total reciprocidad y complementariedad, es la energía que une a toda forma de existencia.

Janq'u (Blanco): Significa PACHA, es el tiempo y el espacio, lugar y época, es decir, es la historia cíclica, una forma de vida en armonía con todo el universo.

Chuxña (Verde): Significa MANQHAPACHA, es la vida y la dinámica en el mundo interior y también significa AKAPACHA, es la vida y dinámica en este mundo en el plano (terrenal).

Larama (Azul): Significa ALAXPACHA, es la dimenión o espacio de arriba y también significa PACHATATA o PACHAKAMA que es la fuerza o energía cósmica, es decir, el espíritu que aníma todo.

Larama Chupika (Violeta): Significa AYLLU, este color nos explica que incluye a la comunidad cultural en su totalidad y también significa SUMAQAMAÑA, es decir, el horizonte de saber vivir en armonía con la MADRE TIERRA y en equilibrio con todo lo existente.

20 marzo, 2013



La mente del poeta no es un refugio de paz, es el calabozo de mil tragedias silenciosas.

Víctor de la Hoz

El club de la pelea

 
Si estás leyendo esto, el aviso va dirigido a ti. Cada palabra que leas de esta letra pequeña inútil, es un segundo menos de vida para ti. ¿No tienes otras cosas que hacer? ¿Tu vida está tan vacía que no se te ocurre otra forma de pasar estos momentos? ¿O te impresiona tanto la autoridad que concedes crédito y respeto a todos los que dicen ostentarla? ¿Lees todo lo que te dicen que leas? ¿Piensas todo lo que te dicen que pienses? ¿Compras todo lo que te dicen que necesistas? Sal de tu casa, Busca a alguien del sexo opuesto. Basta ya de tantas compras y masturbaciones. Deja tu trabajo. Empieza a luchar. Demuestra que estás vivo. Si no reivindicas tu humanidad te convertirás en una estadistica. Estás avisado.

El hombre no debe poder ver su propia cara. Eso es lo más terrible que hay. La naturaleza le ha concedido el don de no poder verla, así como el de no poder mirar a sus propios ojos. Sólo en el agua de los ríos y los lagos podía mirar su rostro. Y la postura, incluso, que tenía que adoptar era simbólica. Tenía que inclinarse, que rebajarse para cometer la ignominia de verse. El creador del espejo envenenó el alma humana.
 
Fernando Pessoa

De la película Lugares Comunes

Ninguna de las mujeres que conocí después de Lili le puede ganar. No. Las miro, las puedo admirar, me puede asombrar encontrarme con alguien como Tutti Tudela, pues yo estoy abierto a lo que sea, por lo que pueda pasar.
Pero no hay caso... Lili gana.... Lili siempre gana. 


 
Mis certezas desayunan dudas. Y hay días que en que me siento extranjero en Montevideo y en cualquier otra parte. En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada, ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado. 

Eduardo Galeano - El libro de los abrazos